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Continental combina cámara frontal e interior en pro de la movilidad autónoma

Frankfurt (Alemania), 14 de agosto. Uno de los principales desafíos en la conducción autónoma es la transición segura de la conducción automatizada a la manual. Para lograr esto, tanto una vista fuera como dentro del vehículo es necesaria. El resultado es un modelo holístico del entorno que analice el tráfico, el comportamiento de otros usuarios en el camino y la condición del conductor. Solo cuando la información del entorno está en conformidad con la del interior, se puede realizar una transferencia segura.

Continental ha desarrollado una solución apropiada en forma de un sistema de cámara combinado que comprende una cámara infrarroja que mira hacia adentro y una cámara que mira hacia fuera, esto permite monitorear tanto al conductor, como la situación del tráfico frente al vehículo. Los datos de la cámara, evaluados continuamente por el software, muestran por ejemplo, si el conductor está atento o distraído, se ha vuelto para mirar a los niños en los asientos traseros, está mirando su teléfono o si las manos del conductor están en el volante o detrás de la cabeza. 

“Gracias al nuevo sistema de cámara, el vehículo y el conductor están constantemente conscientes el uno del otro. El humano puede estar seguro de que la tecnología no remite abruptamente la responsabilidad sin previo aviso, sino que esto se llevará a cabo de acuerdo con criterios claros y comprensibles”, explicó Georg Binder, Jefe de Estrategia y Planificación, unidad de negocios del Sistema Avanzado de Asistencia al Conductor en Continental.

Con una amplia cartera de sistemas de cámaras, Continental ofrece varias opciones. La llamada cámara “Road AND Driver” se encuentra detrás del parabrisas del vehículo, encima del espejo retrovisor. Se instala en la misma ubicación que la cámara existente, cuyo objetivo está dirigido a la carretera y proporciona los datos para sistemas avanzados de asistencia al conductor. Las cámaras desempeñan un papel clave en la implementación de sistemas modernos de asistencia al conductor y son una parte integral de los sensores para la conducción automatizada. 

Las características de la nueva generación de cámaras deben contar con excelentes propiedades de visión nocturna y alta resolución de imagen, que ahora varía de uno a ocho megapíxeles, así como una apertura de hasta 125 grados, lo que permite detectar objetos de tráfico cruzado. Además de los procesos convencionales de visión por computadora, se utilizan redes neuronales que se pueden escalar para que coincidan con el hardware disponible. 

En combinación con una cámara interior que detecta la posición del conductor, la dirección de su mirada y la ubicación de sus manos con certeza, este sistema se considera un requisito previo para llevar automóviles con funciones de conducción automáticas a la carretera. Esto se debe a que la conducción automatizada será posible solo cuando la transición entre los modos de conducción “automatizado” y “manual” sea segura y confiable. Los conductores deben poder confiar en que el vehículo entregará la responsabilidad solo cuando estén listos para aceptarlo. 

Los datos de la cámara interior no solo se evalúan para la transferencia segura de las funciones de conducción. Con la ayuda de la función de software “Occupant Safety Monitor”, también se puede utilizar para adaptar los sistemas de seguridad pasivos, como los cinturones de seguridad y los airbags, a la situación imperante. El despliegue de los airbags, por ejemplo, puede adaptarse a la situación detectada en el interior para optimizar su efecto protector. 

Un aspecto importante del sistema de monitoreo interior de la cámara “Road AND Driver” es que los datos de la cámara se evalúan, pero no se graban. “El objetivo es únicamente interpretar la situación prevaleciente en el vehículo para aumentar la seguridad de los ocupantes y otros usuarios de la carretera”, indicó Andreas Forster, gerente de tecnología de próxima generación en la unidad de negocios de seguridad pasiva y sensores de Continental.