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¿Es México la nueva China?

Por Darcee Scavone, VP y Gerente General de Operaciones en la Cadena de Suministro Automotriz, Aeroespacial e Industrial de Ryder System, Inc.

Mover la fabricación más cerca de la demanda de los consumidores es uno de los ajustes más importantes que las empresas realizan. El aumento de los salarios en Asia, los gastos de envío y el transporte, más la necesidad de acelerar el tiempo de comercialización están impulsando el surgimiento de Nearshoring y Re-shoring.

Un estudio realizado recientemente por Deloitte y el Instituto de Fabricación, encontró que el Re-shoring está ganando adeptos entre los fabricantes. Un 49% de las empresas manufactureras consideraría al Re-shoring parte de sus operaciones en 2020. Entre las razones citadas está la logística favorable y de cadenas de suministro en los Estados Unidos (90%), la disminución diferencial en costos de estructura (87%) y los aumentos de la demanda interna (80%).

Lo anterior sucede a través de todas las industrias. La encuesta IDC Manufacturing Insights de 2015 encontró que alrededor de un tercio de las empresas de alta tecnología, optan por Nearshoring para colocar la producción más cerca del consumidor, y alrededor de 40% de los encuestados planean devolver el abastecimiento a los Estados Unidos o a México.

Una encuesta de los fabricantes de Peerless Research Group (PRG) también reveló que 46% de los encuestados utilizan o planean optar por Nearshoring, dentro de los próximos cinco años. De esas empresas, 63% dice que México es el destino líder, citando costos de transporte más bajos y una mayor velocidad del mercado.

El sector automotriz ha invertido miles de millones de dólares en lo que algunos han llamado el “Boom Automotriz” mexicano. Los sectores electrónico e industriales siguen su ejemplo, habiendo determinado que tiene sentido utilizar el Nearshoring en un mercado que es el tercer mayor socio comercial de Estados Unidos y cuyo comercio transfronterizo con Estados Unidos asciende a más de mil millones de dólares cada día, de acuerdo con el gobierno estadounidense.

No es sorprendente que la industria de la logística se haya disparado. El tráfico de camiones y el ferroviario entre Estados Unidos y México estableció un récord en 2014; el valor de la carga del camión subió 8.8% año tras año, de acuerdo con cifras del Departamento de los Estados Unidos de Estadísticas en Transportación.

En respuesta a la actividad en ambos lados de la frontera, el sector industrial ha visto incrementadas las inversiones inmobiliarias en centros de distribución, logística de la cadena de suministro e incluso en instalaciones intermodales que sirven en operaciones de fabricación y almacenamiento.

A partir de abril de 2013, México contaba con más de 200 parques industriales con unos 322 millones de pies cuadrados de edificios industriales. Un desarrollo planificado de las plantas de fabricación de diversos productos industriales generará unas 800 mil unidades -equivalente a 20 pies de (TEU)- de tráfico de exportación, y generará la necesidad de contar con 40 millones de pies cuadrados de espacio para almacén, informa el Journal of Commerce.

Mejoras en la infraestructura, la economía mexicana y la fortaleza del dólar son factores clave que han transformado a México en un mercado de abastecimiento más atractivo. Para aquellos que ya han experimentado con Nearshoring, los beneficios que van más allá del mero costo no son ninguna sorpresa -comodidad geográfica, trabajar en las mismas zonas horarias o cercanas, afinidad cultural, una fuerte oferta de trabajo, incluso la protección de la propiedad intelectual- y comprenden una matriz de ventajas que han traído a los fabricantes más cerca de las costas estadounidenses.

Para sacar ventaja de esta estrategia, es conveniente seguir estos consejos:

. Explorar el mercado de primera mano para determinar si Nearshoring, Re-shoring o la expansión de la manufactura a México es una solución viable.

. Trabajar con un socio; un proveedor 3PL o un vendedor experimentado versado en las operaciones transfronterizas.

. Pasa tiempo en el país, ya sea en las ciudades fronterizas y en las grandes ciudades o en el interior del país, para examinar cómo las operaciones, mercados e incluso culturas pueden adaptarse a tus necesidades específicas.