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Exponen asociaciones problemas que impiden avanzar en renovación de flota

Crisis, financiamiento, inseguridad, aspectos legales y corrupción, son los principales problemas que impiden avanzar en la renovación de vehículos comerciales en México, lo que impacta directamente al transportista pero también a la economía del país, así lo consideraron dirigentes de asociaciones de transportistas, al participar en el Foro AMDA de Vehículos Comerciales 2021.

Organizado por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), este foro virtual tuvo como objetivo analizar la situación y perspectiva del mercado de vehículos comerciales en México a partir de la visión de los clientes, así como de las tendencias tecnológicas y estrategias ofertadas por los fabricantes; identificando los factores limitativos y oportunidades del entorno económico, financiero y social de nuestro país.

En el foro, las asociaciones de transportistas tuvieron una mesa especial en la que detallaron el tema de la renovación vehicular y en la que participaron Alex Thiessen Long, presidente de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP); Enrique Armando González Muñoz, presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar); y Elías Dip Ramé, presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram).

Moderado por Charín Regules Abella, directora general de Kenworth del Este, la mesa coincidió en algunos de los puntos que han impedido una renovación vehicular más dinámica en el mercado, destacando la actual crisis provocada por la pandemia del Covid-19, pero también mencionando algunos problemas que ya se venían arrastrando desde antes, como la falta de apoyos gubernamentales, el financiamiento, la importación de vehículos usados y los aspectos legales y de corrupción en nuestro país.

Alex Thiessen Long indicó que la industria del autotransporte en México no cuenta con los apoyos necesarios para que las compañías pequeñas, los hombres-camión, crezcan como en mercados como Estados Unidos y Canadá. Reconoció que ha habido compañías que han logrado el crecimiento y que hoy se comparan con las mejores de cualquier mercado; sin embargo, el mexicano es un mercado que tiene impedimentos para revertir la antigüedad de la flota.

Thiessen Long recordó inconvenientes que enfrentan los transportistas para la renovación, como la inseguridad, el costo de las autopistas, la calidad del diésel y falta de operadores, entre otros; además de la regulación que han impuesto algunos estados y municipios sobre el ingreso de unidades pesadas a sus territorios, lo que impacta directamente a la productividad.

El presidente de la ANTP se pronunció a favor de trabajar en conjunto “para exigirle al gobierno, no solamente que corrija los problemas de muchos años, sino también los nuevos que surgen como los bloqueos recientes que no permiten trabajar”.

Por su parte, Enrique Armando González Muñoz destacó que en México existen transportistas que están a la vanguardia, pero reconoció que es un mercado heterogéneo y se pronunció por calificar a las empresas, no por el número de unidades que tienen, “sino que hoy debemos tener más parámetros de medición de las empresas, en función a cuál es su rentabilidad y productividad y creo que ahí es donde debemos partir”.

González Muñoz recordó que el autotransporte es responsable de mover más del 80 por ciento de las mercancías en nuestro país; “somos un termómetro de la economía y, conforme nos vayamos recuperando, va ser un reflejo claro que el país va por buenos caminos”.

Coincidió que hacen falta apoyos y estímulos para la renovación vehicular, mismos que deben ser incluyentes, “que partan desde el hombre-camión hasta las grandes flotillas, hay que recordar que antes de la pandemia veníamos con un decrecimiento, eso se refleja en el transporte”.

El presidente de Canacar enfatizó que debe considerarse en programa incluyente en el que también participen los distribuidores, quienes podrían tomar a cuenta camiones de grandes flotillas con cinco o seis años de uso y que “todavía pueden ser muy rentables en un mercado secundario para las pequeñas empresas, para el hombre-camión”, a quienes se les debe asesorar de forma precisa y clara para mejorar su productividad.

En su participación Elías Dip Ramé agregó el tema los costos; explicó que si un camión vale casi tres millones de pesos, hay que considerar una póliza de seguro cercana a los 300,000, pero en estos momentos de crisis el transporte está operando a un 50 o 60 por ciento de su capacidad, lo que implica que “la póliza nos está costando el doble, porque el camión está parado”.

Por otra parte, el presidente de Conatram subrayó el tema de la inseguridad y la corrupción; afirmó que la inseguridad está aumentando y los transportistas se enfrentar a problemas legales para la recuperación de sus unidades: “Enfrentamos los problemas de corrupción, para que atienda el Ministerio Público tenemos que llevar billetes en la mano, para que regresen el camión y den la liberación”.

“El gobierno actual digiere muy despacio el problema, no lo resuelve, les falta gente más capacitada para que den respuestas inmediatas porque, cuando detienen un camión por alguna situación, robo o accidente, pasan tres, cuatro, cinco, seis meses para que lo entreguen, si es camión nuevo se pierde la continuidad del pago y obviamente como acreedor nos mandan al buró de crédito, una serie de acciones que obviamente el hombre-camión, afectan al pequeño empresario”.