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El ESP® contrarresta el derrape vehicular

El Programa Electrónico de Estabilidad (ESP®) respalda al conductor en prácticamente todas las situaciones críticas de manejo.  Incorpora las funciones del sistema antibloqueo de frenado (ABS) y del sistema de control de tracción (TCS) y, adicionalmente puede realizar bastante más.

 

Detecta los movimientos de derrape vehicular y los contrarresta activamente, esto mejora considerablemente la seguridad del manejo.  Los estudios de carácter global demuestran que el ESP® es capaz de reducir la probabilidad de quedar involucrado en un accidente de vehículo solo, de gravedad o incluso, mortal.  Se entiende por accidentes de vehículo solo aquellos en los que no intervienen otros usuarios del camino.

 

Los sistemas ABS y TCS proporcionan un apoyo efectivo en casos de alteraciones de velocidad longitudinal con respecto al movimiento del vehículo.  El ABS ayuda en el frenado, y el TCS, en la aceleración del vehículo.  Adicionalmente, el Programa Electrónico de Estabilidad ayuda al conductor ante movimientos transversales con respecto a la dirección de la marcha. 

 

Con base en el ángulo del volante de dirección, el sistema reconoce la dirección deseada del recorrido.  En cada rueda hay sensores de velocidad que identifican la velocidad de cada una de las ruedas.   Al mismo tiempo, los sensores de  ladeo miden la rotación del vehículo en torno a su eje vertical, así como la aceleración lateral. 

 

A partir de estos datos, la unidad de control calcula el movimiento real del vehículo, comparándolo, 25 veces por segundo, con la dirección deseada.  Si los valores no corresponden, el sistema reacciona al instante, sin que medie acción alguna por parte del conductor. 

 

Disminuye la potencia del motor con objeto de recuperar la estabilidad del vehículo.  Si esto no resulta suficiente, entonces adicionalmente aplica, por separado, el freno a cada rueda.  El movimiento rotatorio resultante del vehículo contrarresta el movimiento de la derrapada y dentro de los límites de las leyes de la Física, el vehículo se mantiene a salvo y seguro, en la trayectoria deseada.

 

Los estudios científicos efectuados en el Japón, Alemania, Suecia, Francia, y los E. U. A., han proporcionado pruebas de la efectividad del ESP®: entre un 30 y un 50 por ciento del total de accidentes mortales de vehículo solo, en automóviles de pasajeros se puede evitar mediante el ESP®.  Para los SUV (vehículos deportivos y utilitarios), la cifra es más elevada aún: puede evitarse del 50 al 70 por ciento.

 

Conjuntamente con la Mercedes-Benz, Bosch desarrolló el Programa Electrónico de Estabilidad hasta su aplicabilidad a la producción en serie;  la Mercedes fue la primera empresa del mundo en lanzarlo al mercado, pues en 1995 lo instaló en los Tipo S.

 

En años subsecuentes, los desarrolladores han perfeccionado el sistema al añadirle funciones suplementarias.  Estas ayudan para arrancar en pendiente, contrarrestar el bamboleo de remolques, y reducir el riesgo de volcaduras de las vans (camionetas altas). 

 

Con la finalidad de incorporar esas variadas modificaciones Bosch ha ensanchado su tecnología más reciente para dar origen a una familia  (o gama) de productos.  En la actualidad, el elemento más evolucionado de esta familia es el ESP® premium.  Por una parte, es extraordinariamente silencioso, y por la otra, capaz de ir elevando la presión del frenado con rapidez extrema.

 

         Mediante la ampliación del ESP® con el objeto de incorporarle funciones de software del Mando de Dinámica Vehicular (VDM por sus siglas en inglés), Bosch ha creado un sistema capaz de ser integrado por red con los sistemas de dirección y de chasis (o bastidor).  A su vez, este avance permite generar nuevas funciones que mejoren, aún más, la seguridad y la agilidad del vehículo.

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